Descubre la metodología de trabajo SCRUM
En varios empleos, sobre todo del mundo de la informática y la tecnología, se trabaja bajo el marco de una filosofía muy particular, el método SCRUM. Descubre la metodología de trabajo SCRUM y lo esencial que es para algunos proyectos.
¿Qué es la metodología SCRUM?
Cuando hablamos de metodología SCRUM estamos haciendo referencia a un conjunto de prácticas y procesos encaminados a optimizar y mejorar nuestras dinámicas de trabajo y así alcanzar el mejor resultado posible. Se trata de métodos que regulan nuestro flujo de trabajo y resultan muy eficaces a la hora de evaluar los objetivos que conseguimos y los beneficios que obtenemos para nuestros proyectos laborales.
La principal característica sobre la que se apoya esta metodología es la del trabajo en equipo y los procesos colaborativos. Teniendo en cuenta esto, SCRUM consiste en una práctica idónea para los ámbitos profesionales del sector tecnológico. Las principales ventajas que aporta aplicar esta técnica en determinados programas laborales tienen que ver con la agilidad y la resolución que adquirimos en los entornos profesionales.
En aquellos puestos y ocupaciones que se desarrollan en el mundo de la informática y la tecnología, el sistema SCRUM es sumamente apreciado. Al fin y al cabo en las compañías tecnológicas, el trabajo se realiza entre varios equipos y departamentos y, fomentar la conexión y la comunicación entre ellos, a veces resulta decisivo para que el proyecto salga adelante. Cuando estos equipos se enfrentan a retos complejos que requieren un trabajo conjunto más sofisticado y elaborado, SCRUM es la mejor forma de llegar a soluciones profundas y efectivas.
¿Cómo se aplica la metodología SCRUM?
Primero hay que tener en cuenta que bajo esta filosofía a cada miembro del equipo le corresponde un rol específico; sin embargo, todos trabajan juntos para alcanzar el objetivo que se han propuesto. En algunas tareas como el desarrollo de software esta concepción está muy extendida, pues llega a ser muy útil. En la forma en que se aplica esta estrategia hay dos valores que priman por encima del resto y que es fundamental respetarlos en todo momento. Estas cualidades clave son la colaboración y la organización. El buen resultado de cualquier proyecto que aplique esta filosofía va a depender en gran medida de cómo se ejecute la planificación según un paradigma donde impere el trabajo conjunto y cooperativo y donde existan unos parámetros de actuación definidos y controlados.
En el desarrollo de un software hay una gran cantidad de tareas que deben ser tratadas así como se precisan de una suma de habilidades y destrezas muy concretas y muy bien perfiladas. Ante un panorama como este el mejor camino para lograr el mejor rendimiento es plantear un sistema como SCRUM donde se asienten conexiones entre los distintos focos de trabajo a través de una comunicación efectiva para agilizar y dinamizar los procedimientos.
Si se aplica adecuadamente este pensamiento en el entorno laboral, se conseguirá optimizar el tiempo de los profesionales, maximizar la productividad y mejorar la eficiencia, así como ahorrar costes y tiempo. Para ello, se han de ejecutar dos acciones elementales como es señalar prioridades y delegar el trabajo correspondientemente a cada persona involucrada según su perfil y capacidades.
¿Cuáles son las etapas de SCRUM?
Para incorporar esta forma de ocuparse de los proyectos y aumentar la competitividad y la productividad se han de seguir unas indicaciones generales que definen el proceso SCRUM. No existe una serie de pasos o fases específicas que determinen cómo se ha de aplicar esta metodología. En torno a ella, hay un conjunto de nociones e ideas que se refieren a cómo se ha de acometer el problema al que nos encaramos. De manera algo abstracta y general, podemos establecer unas fases que describan la estructura del trabajo y el planteamiento de las funciones y su ejecución.
En primer lugar, podemos empezar por organizar a nuestro equipo. En esta fase podríamos ir asignando tareas en función de las facultades y cualidades que posee cada miembro del equipo. Así nos aseguramos que cada uno se dedica a lo que mejor sabe hacer. Seguidamente para ajustarnos a los tiempos delimitamos un calendario donde marcamos las metas que componen el proyecto.
En segundo lugar, ordenamos las tareas de acuerdo con la importancia y la prioridad con que se deben resolver. Esto nos ayudará a gestionar mejor el tiempo y los recursos. Durante este proceso es crucial que exista una responsabilidad superior encargada de revisar y supervisar todo y que comunique claramente las directrices que se han de seguir.
Por último, revisar para poder evaluar el resultado; reflexionar para asumir cuáles han sido los aciertos y los errores; y repetir para que conociendo el método todo vuelva a salir de la mejor manera.
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